Contrario a lo que sucedió en un post pasado, al enterarme del embarazo de mi hermana, hoy me siento feliz.
A las 19:30 horas de este día, nació con un peso aproximado de 2,350 gramos el primer hijo de mi hermana, una pequeñita hermosa en un ambiente tan tranquilo que el parto a pesar de no ser a la manera tradicional si debió ser uno de los momentos más felices para mi familia, y por lo tanto para mi, aunque no haya estado presente.
El hecho de ser tio me trae una serie de emociones de toda índole, desde felicidad por mis padres y mi hermana hasta un poco de añoranza e inquietud por mi propia existencia. Es en estas ocasiones cuando me pongo a pensar en muchas cosas que me es dificil conciliar el sueño, al menos cuando es momento de hacerlo.
Pero siendo un poco inteligentes, creo que mañana habrá muchas horas para pensar y asegurarnos que la felicidad de los seres más cercanos es totalmente compartida a pesar de la distancia. Que no hay barreras de tiempo y espacio que impidan este intercambio de emociones.
Felicidades a mi hermana y a los nuevos abuelos, en este momento son los seres más felices del planeta.
Y yo también.
PD. Y para no dejar de lado la cuestión musical, tal vez aplique a este momento «Erase and Rewind», de The Cardigans.